El presidente de Bolivia, Evo Morales, desveló en abril de 2009 que las fuerzas de seguridad habían frustrado un intento de asesinato contra él y otros altos cargos en una operación en un hotel en Santa Cruz.
Por su parte, el expresidente de Ecuador Rafael Correa fue secuestrado cerca de nueve horas en un hospital, donde había ingresado a consecuencia de lesiones en una rodilla durante la revuelta del año 2010.
Se han producido otros casos que recibieron menos cobertura mediática, pero que desde los partidos de izquierda coinciden en que todos fueron orquestados por la derecha interna y externa, y apoyados por Estados Unidos.
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