“La Operación Rama de Olivo está dirigida solo contra los grupos terroristas, no contra ningún grupo étnico”, afirma Kalin.
Turquía inició el sábado la llamada “Operación Rama de Olivo” con el fin de acabar con las Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en kurdo), porque Ankara considera “terroristas” a los kurdos vinculados con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, por sus siglas en kurdo). El Gobierno turco ha asegurado que también pretende eliminar a los remanentes del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) en la zona.
Tras señalar la importancia de distinguir entre los terroristas y los civiles, el portavoz llama a la población a no creer en los rumores falsos de los medios.
Las YPG operan bajo la bandera de las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), apoyadas por EE.UU. Siria, por su parte, considera “traidoras” a las FDS.
La llamada ‘Operación Rama de Olivo’ se produce al poco de revelarse que los estadounidenses tratan de entrenar a un nuevo ejército compuesto por 30 000 milicianos kurdo-árabes en Siria, iniciativa que ha indignado a Ankara.
La Operación Rama de Olivo está dirigida solo contra los grupos terroristas, no contra ningún grupo étnico”, asegura Ibrahim Kalin, portavoz del presidente de Turquía.
La operación turca contra los kurdos en Siria estaría poniendo en peligro las ya frágiles relaciones de Ankara y Washington —ambos miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)—, ya que los kurdos son aliados de EE.UU. en el territorio sirio.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que espera terminar pronto con estas operaciones, ha advertido de que eliminará hasta al último miliciano kurdo en suelo sirio.
De cualquier manera, Siria ha rechazado “la flagrante agresión” de las fuerzas de Turquía contra su soberanía y llama a la comunidad internacional a detener de inmediato los ataques turcos.
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