“Combatir el terrorismo es un derecho legítimo del Gobierno de Siria, algo que no dejará de hacer hasta que libere cada centímetro de su territorio, y lo más importante es que Siria lucha contra el terrorismo y sus patrocinadores en su propio territorio y no en otros países”, ha afirmado este miércoles el encargado de negocios interino de la delegación permanente de Siria ante las Naciones Unidas, Luay Faluh.
Faluh, que ha hecho estas declaraciones durante una sesión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) sobre la situación en Siria, ha afirmado que el sufrimiento de los civiles en Idlib se debe a la presencia ilegal de las tropas turcas, que, en los últimos días, han proporcionado grandes cantidades de armas y municiones a los grupos terroristas que operan en esta gobernación noroccidental.
“El régimen turco continúa apoyando a las organizaciones terroristas en Idlib, y últimamente, ha ingresado una gran cantidad de armas y municiones en el área, y atacó áreas residenciales y enclaves militares”, ha asegurado el diplomático sirio.
También ha denunciado las políticas hostiles de algunos países occidentales que pretenden prolongar el conflicto armado en Siria y dificultar sus esfuerzos en la lucha contra el terrorismo.
De igual modo, ha subrayado que para alcanzar una solución a la crisis en Siria es necesario eliminar el terrorismo, poner fin a las prácticas de los países que lo apoyan y detener su evidente interferencia y ataques contra el país árabe.
En otra parte de sus declaraciones, ha indicado que miles de sirios han vuelto a sus hogares en Alepo, Idlib y Hama, y ha llamado a los desplazados sirios a volver a su patria.
Las fuerzas sirias reanudaron el 14 de noviembre de 2019 sus operaciones en la provincia de Idlib y sus alrededores, después de que las bandas extremistas presentes en la región violaran, en reiteradas ocasiones, el alto el fuego acordado por Turquía y Rusia el 17 de septiembre de 2018.
Siria denuncia constantemente el pernicioso rol de Turquía, destacando que su presencia ilegal y sus continuas agresiones al país árabe violan tanto el acuerdo de Astaná como el de Sochi y el de Adana.
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