Según ha reportado este lunes el portal chino SOHU, un caza de combate Su-35 ruso interceptó hace días un bombardero F-16 de la Aviación turca cuando “intentaba cruzar la frontera siria” a través del cielo de la provincia de Alepo, en el norte de Siria.
De acuerdo con esta información, el citado avión militar turco trataba de escoltar a las fuerzas terrestres de su país que entraban en el territorio árabe o posiblemente se disponía a atacar las tropas del Ejército sirio que avanzaban en las provincias de Idlib (noroeste) y Alepo.
Con este motivo, un caza Su-35 despegó inmediatamente de la base aérea rusa en Hmeimim, en el oeste de Siria, y se dirigió a las fronteras norteñas y forzó al avión turco a abandonar el cielo del país árabe.
El supuesto incidente, que aún no ha sido confirmado por las autoridades de Rusia ni Turquía, tiene lugar en medio de una escalada militar en las regiones noroccidentales de Siria después de que ocurrieron varios enfrentamientos directos entre las fuerzas turcas y sirias en la provincia de Idlib.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha amenazado en varias ocasiones con atacar al Ejército sirio, si este último sigue sus avances contra las bandas terroristas apoyadas por Ankara en Idlib. Las tropas de Damasco, sin embargo, hacen caso omiso a las amenazas del mandatario turco, ganando así más terrenos bajo control de las bandas extremistas.
Según varios analistas, la nueva tensión creda entre Turquía y Siria puede involucrar a Rusia en esta escalada militar, ya que pone en peligro todos los pactos firmados entre Erdogan, y su par ruso, Vladímir Putin, sobre el país árabe.
Las ofensivas del Ejército sirio en Idlib se producen en respuesta a las constantes violaciones por parte de los terroristas del acuerdo de Sochi, sellado en septiembre de 2018 por Rusia y Turquía, que establecía la creación de una zona desmilitarizada entre los extremistas y las fuerzas sirias en esa provincia.
Desde el estallido del conflicto en Siria, en 2011, Damasco ha denunciado en todo momento que Ankara pertrecha, entrena y financia a facciones y bandas radicales, a fin de derrocar al legítimo Gobierno del presidente sirio, Bashar al-Asad, quien ha prometido una y otra vez arrebatar el país a los terroristas y expulsar a los invasores.
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