“Todos advertimos la hipocresía estadounidense sobre la situación de Afrin (…) Los kurdos de Afrin están cada vez más insatisfechos con las decisiones de los kurdos que cooperan con los estadounidenses —las Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en kurdo)—”, dice Oso en una entrevista publicada hoy miércoles por la agencia rusa Sputnik.
El actor y escritor sirio, por otra parte opuesto al Gobierno de Damasco, denuncia así la “luz verde” de Washington a la operación Rama de Olivo lanzada por Turquía el 20 de enero contra las YPG, que forman parte de las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) —aliados estratégicos de EE.UU. en su denominada guerra contra el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe)—.
El objetivo de Estados Unidos, alerta el militante, es crear una fuerza armada con la que obstaculizar la lucha del Gobierno sirio contra los extremistas.
Todos advertimos la hipocresía estadounidense sobre la situación de Afrin (…) Los kurdos de Afrin están cada vez más insatisfechos con las decisiones de los kurdos que cooperan con los estadounidenses —las Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en kurdo)—”, afirma el líder de la Iniciativa Kurda para Siria, Mohamad Oso.
En otro momento de sus declaraciones, Oso destaca el “gran error” cometido por los kurdos al impedir la entrada a Afrin de las tropas gubernamentales y no entregar el control de la ciudad a las instituciones estatales. El Ejército, señala, “hubiera podido entrar en todas las áreas kurdas para proteger a los kurdos del inminente desastre”.
A juicio del militante, la operación Rama de Olivo no se dirige solo contra los kurdos, sino que constituye un acto de agresión al pueblo sirio en su conjunto, pues Ankara mantiene planes estratégicos para ciertas zonas del norte de Siria que busca controlar.
La operación Rama de Olivo comenzó después de que Ankara expresara indignación por la decisión de Washington de tratar de entrenar en Siria a un nuevo ejército compuesto por 30.000 milicianos kurdos.
Siria condena la “agresión” de Turquía —que ha dejado hasta el momento 220 muertos y 700 heridos entre la población civil— a su soberanía y ha llamado reiteradamente a Ankara a poner fin a su presencia militar en su territorio.
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