“Nos tomamos con gran inquietud las declaraciones del ministro de Justicia ucraniano, Denís Maliusca, sobre la apertura de un campo especial para los militares prisioneros rusos en el oeste de ese país”, ha manifestado este miércoles la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, en una rueda de prensa.
La diplomática rusa, asimismo, ha criticado los tratamientos del presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, de no atender a la solicitud de la comisionada de Derechos Humanos de Rusia, Tatiana Moskalkova, de facilitar el acceso a los prisioneros rusos en Ucrania.
A este respecto, ha señalado que los funcionarios del Comité Internacional de la Cruz Roja y diputados ucranianos, anteriormente, tuvieron la oportunidad de visitar los prisioneros ucranianos recluidos en una de las prisiones de Donetsk, ubicada en la región del Donbás (este de Ucrania).
Las palabras de Zajárova se producen después de que el 6 de junio, Moskalkova, acusó a la Cruz Roja de realizar una actitud desigual hacia los prisioneros por su nacionalidad.
Conforme a las declaraciones de Moskalkova, la Cruz Roja sigue sin dar informaciones sobre el número de los prisioneros rusos en Ucrania y su condición, mientras que los delegados de esta organización estuvieron presentes en la acería de Azovstal en Mariúpol cuando capitularon los militares ucranianos y también hicieron un registro de sus nombres, lo que muestra una clara desigualdad en el tratamiento de este organismo hacia Rusia y Ucrania.
Esta noticia sale a la luz después de que el 7 de mayo la Cruz Roja denunció trato de Ucrania con los militares detenidos de Rusia, instando a Kiev dar un trato digno a ellos. Esto después de que Ucrania hizo desfilar ante la prensa a soldados de Rusia, capturados durante la operación militar rusa en el país europeo y forzados a mostrarse arrepentidos, una instrumentalización de los prisioneros de guerra.
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