En una reunión con miembros permanentes del Consejo de Seguridad del país, celebrada este viernes, el mandatario ruso, Vladimir Putin, ha aseverado que una prorrogación de un año del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START III, por sus siglas en inglés), permitiría llevar a cabo “negociaciones significativas sobre todos los parámetros” del control de armas con EE.UU., al tiempo que se evitaría que los estados interesados en mantener la estabilidad estratégica se queden “sin un documento tan fundamental”.
En este sentido, Putin ha advertido de la amenaza que supone dejar al mundo entero sin un tratado sobre armas estratégicas ofensivas, enfatizando que “sería extremadamente triste si el acuerdo dejara de existir por completo y no fuera reemplazado por otro documento fundamental de este tipo”.
Putin también ha recordado que el Tratado START “funcionó adecuadamente, cumpliendo su papel fundamental” de frenar la carrera armamentista, así como de controlar y limitar las armas nucleares durante todos los años anteriores.
Al respecto, el embajador ruso en Estados Unidos, Anatoli Antonov, en el marco de una reunión del Consejo Empresarial ruso-estadounidense, alertó el miércoles de que la desaparición del Tratado START marcará el comienzo de “un período de imprevisibilidad” caracterizado por el aumento del riesgo de uso de armas nucleares, y agregó que las autoridades rusas consideran prioritario extender el START III de inmediato y sin condición alguna.
El START III o Nuevo START, es un acuerdo firmado por el expresidente de los Estados Unidos, Barack Obama y el expresidente de Rusia, Dmitry Medvedev, el 8 de abril de 2010.
Los expertos en temas políticos opinan que, si Moscú y Washington no logran un acuerdo, el “nuevo START” podría convertirse en el tercer tratado de desarme no concluido por la Administración del presidente estadounidense, Donald Trump.
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