El 28 de marzo, dos bombarderos Tu-160 de Rusia, escoltados por cazas MiG-31, llevaron a cabo patrullas de 13 horas sobre el mar de Barents, según el Ministerio de Defensa ruso.
El mismo día, cinco bombarderos B-52 de la Fuerza Aérea de EE.UU. (USAF, por sus siglas en inglés) cruzaron estas aguas, escoltados por cazas noruegos F-16, rumbo a Islandia en un entrenamiento conjunto con el objeto de enviar un mensaje claro a Moscú respecto al “compromiso de Washington con sus aliados y socios”, indicó la USAF.
“Dos bombarderos estratégicos Tu-160 han realizado un vuelo planificado sobre los mares de Barents, Noruega y del Norte”, indicó el viernes el servicio de prensa del Ministerio de Defensa de Noruega.
Dos bombarderos estratégicos Tu-160 han realizado un vuelo planificado sobre los mares de Barents, Noruega y del Norte”, indicó el servicio de prensa del Ministerio de Defensa Noruega.
En esta linea, la portavoz del Ejército noruego, Elisabeth Eikeland, confirmó la presencia de los aviones rusos y dijo que estos fueron monitoreados “con distintos tipos de equipos como sensores, radares y aeronaves”.
Esto ocurrió en medio de la escalada de tensión entre Rusia, EE.UU. y otros países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), por los ejercicios militares de Moscú y la Alianza Atlántica en el mar de Noruega.
Rusia llevó a cabo pruebas de misiles en estas aguas en respuesta a las maniobras Trident Juncture 2018 de la OTAN y, según las autoridades finlandesas y noruegas, tales pruebas habrían interrumpido la señal del Sistema de Posicionamiento Global (GPS) durante dichos ejercicios en noviembre pasado.
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