Esta postura —ha dicho el político ruso durante una cita con los periodistas— es la misma que sostuvo el presidente ruso, Vladimir Putin, durante una conversación telefónica mantenida el pasado 26 de junio con su homólogo estadounidense, Barack Obama, sobre la crítica situación que vive el país árabe.
Un intercambio de opiniones sobre este tema tuvo realmente lugar [durante un contacto telefónico entre Putin y Obama]. La posición de Rusia es bien conocida y fue confirmada por el presidente [ruso] durante la conversación", indica el portavoz del Kremlin.
"Un intercambio de opiniones sobre este tema tuvo realmente lugar [durante un contacto telefónico entre Putin y Obama]. La posición de Rusia es bien conocida y fue confirmada por el presidente [ruso] durante la conversación", ha indicado Peskov.
Con estos comentarios Peskov deja clara la postura de Moscú sobre la crisis de Siria frente a la de Estados Unidos, cuyo presidente Obama sostuvo el lunes que la única vía para poner fin al conflicto armado en este país árabe y erradicar al grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) es mediante la formación de un gobierno sin Al-Asad.
Desde el inicio de la crisis en Siria en marzo de 2011, Rusia ha declarado en repetidas ocasiones que es necesario promover un diálogo intersirio con la participación del actual mandatario.
Anteriormente, Yury Ushakov, un alto asesor de Putin, dijo que "las actuales autoridades sirias son una de las fuerzas más importantes y eficaces en la lucha contra" los terroristas del EIIL.

A su vez, el mandatario ruso en una reunión que efectuó el pasado 29 de junio en Moscú con el canciller sirio, Walid al-Moalem, subrayó que su país está al lado de las autoridades y el pueblo sirios, y aseguró que no escatima esfuerzos para acabar con el terrorismo que desatado el caos en el país árabe.
Desde marzo de 2011 cuando el Gobierno de Damasco inició un amplio combate contra el terrorismo, Washington y sus aliados regionales y occidentales recurrieron a todos los medios, incluido patrocinar y entrenar a grupos takfiríes en Siria, para derrocar a Al-Asad. Sin embargo, sus planes han fracasado debido a la resistencia de los sirios que apoyan en mayoría a su presidente.
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