El embargo se ha producido hoy miércoles, un día después de que los empleados estadounidenses desmantelaran una dacha, o casa de campo rusa, y un almacén al sur de la capital. Ambos inmuebles eran utilizados por el personal diplomático del país norteamericano.
Un periodista de Reuters que ha visitado hoy la casa de campo señala que dos policías que había frente a la entrada principal en un automóvil le dijeron que habían sido instruidos para vigilar la propiedad y que no esperaban visitas de funcionarios estadounidenses ni rusos.
A su vez, un empleado ruso de la embajada ha avanzado que "van a quitar muchos trabajos, no solo diplomáticos y personal técnico, también servicios auxiliares como conductores, bedeles y cocineros". "Espero no tener problemas, pero ¿quién sabe?", ha añadido tras pedir que se respetara su anonimato, por razones de seguridad.
Así pues, Rusia ha dado el primer paso para limitar la presencia estadounidense en su territorio, cinco días después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenara la reducción en su país en un 60 por ciento del personal diplomática de Washington.
Esta medida rusa tiene lugar como respuesta al proyecto de ley, aprobado en el Senado de Estados Unidos, que impone medidas restrictivas a Rusia, Irán y Corea del Norte. El texto ha sido promulgado este mismo miércoles por el presidente estadounidense, Donald Trump.
El magnate neoyorquino ganó las elecciones el año pasado con la propuesta de mejorar los lazos con Rusia. Desde su triunfo, sin embargo, ha sido marcado con la acusación de una supuesta connivencia con una presunta injerencia rusa en los comicios, por la que la anterior administración de la Casa Blanca ya impuso sanciones a Moscú.
El paquete de “sanciones” promulgado hoy, elaborado por el Congreso entre mayo y junio, estipula que el presidente no podrá levantar los embargos unilateralmente.
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