La respuesta de Moscú fue negativa, ya que tal guión aumentaría el desarrollo del terrorismo en Oriente Medio y posibles amenazas a la seguridad de Rusia, Europa e incluso Estados Unidos”.
Según declaraciones de un diplomático ruso bajo condición de anonimato, el ministro de Asuntos Exteriores de “un país árabe importante” ha presentado al canciller ruso, Serguei Lavrov, un nuevo mapa para Irak y Siria.
No obstante, asegura el diplomático, Lavrov ha rechazado fuertemente ese plan y ha advertido de las consecuencias que podría llevar para la región de Oriente Medio, las cuales afectarían también la situación en Yemen y en otros países vecinos.
“Pero la respuesta de Moscú fue negativa, ya que tal guión aumentaría el desarrollo del terrorismo en Oriente Medio y posibles amenazas a la seguridad de Rusia, Europa e incluso Estados Unidos”, recalca.
Los estadounidenses intentaron convencer a Rusia a aceptar ese plan, elaborado en el marco del plan de la influencia conjunta estadounidense-rusa, como lo hicieron Francia y el Reino Unido a principios del siglo XX, afirma el diplomático ruso.
Desde el inicio de conflictos en Siria e Irak, países occidentales siempre han intentado ayudar y financiar a los grupos terroristas que operan en esos territorios con el fin de satisfacer sus intereses en la región de Oriente Medio.

A este respecto, es de recordar que existen varios documentos que prueban la creación del grupo terrorista takfirí EIIL (Daesh, en árabe) por Estados Unidos.
La confesión de la exsecretaria estadounidense de Estado Hillary Clinton, en su libro de memorias, así como los documentos filtrados por el exanalista de la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU. (NSA, por sus siglas en inglés) Edward Snowden, entre otros, sacan a luz que la formación del EIIL fue lograr los intereses de Washington en la zona.
En este sentido, un exoficial de la Marina estadounidense Kenneth O'Keefe ha asegurado que el Gobierno de Estados Unidos ha financiado, “durante muchos años”, a los elementos del EIIL por medio de sus aliados regionales, en particular Catar, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Arabia Saudí.
En su último paso explícito para lograr la división de Irak, la Comisión de los Servicios Armados de la Cámara de Representantes de EE.UU. tiene decisión de presentar un proyecto de ley que autorizaría el apoyo estadounidense a las fuerzas armadas suníes y kurdas de Irak, y el establecimiento de relaciones con las regiones suníes y kurdas de ese país como Estados soberanos.
No obstante, la iniciativa estadounidense ha provocado una ola de críticas y rechazos por parte de las autoridades iraquíes.
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