Y es que día a día Moscú y Ankara muestran su interés en mejorar sus lazos en ámbitos estratégicos y anuncian, con más frecuencia, nuevos acuerdos.
Han pasado pocos días desde el último encuentro entre el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, y continúan registrándose acercamientos entre estas dos naciones, en una demostración del eficaz proceso de reconciliación que buscan ambas partes tras la grave crisis diplomática.
Este miércoles, el ministro de Energía de Rusia, Alexandr Nóvak, pidió una pronta suspensión de las restricciones de visados con Turquía, afirmando que esta medida aportará beneficios a los dos países. Una idea apoyada por los miembros del Gobierno ruso.
Las relaciones ruso-turcas, según los expertos, además de ser beneficiosas económicamente para ambos países, juegan un papel muy importante en la política internacional en relación con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la dura política de países occidentales adoptada contra Moscú.
Los analistas políticos recalcan que Rusia y Turquía son países muy parecidos en su posición geográfica, por lo que pretenden ser un puente entre Europa y Asia, siendo así su alianza, una necesidad de beneficios mutuos.
A su vez, expertos afirman que el acercamiento ruso-turco molesta a EE.UU. y sus aliados, por lo que no descartan posibles provocaciones.
Los analistas afirman que si Turquía continúa manteniendo una posición política soberana, sin permitir una presión de Occidente, esto facilitará los lazos bilaterales de Ankara con Rusia y otros países.
Según los expertos, el acercamiento político entre Rusia y Turquía es importante debido a que ambos países mantienen tensas relaciones con EE.UU. Así, Moscú está logrando bloquear la anhelada hegemonía política de Washington en Europa.
Cristian Eloy Torres, Moscú.
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