La educación pública italiana no se rinde. O mejor dicho, sus docentes, quienes continúan en pie de guerra por una ley educativa que, afirman, quiere “diferenciar y dividir”. Una ley que, denuncian, convertirá a los centros en empresas, por el poder otorgado al director sobre los profesores, y que creará escuelas de primera y de segunda división gracias al financiamiento privado.
Apenas una semana después del inicio de las clases, un grupo de profesores se ha concentrado enfrente del Ministerio de Educación. Piden contratos estables para todos, la renovación del convenio colectivo o equiparar sus salarios a los europeos.
En el centro de la polémica reforma también los contratos indefinidos a 100.000 docentes precarios. La contratación ya se ha puesto en marcha, repartida en cuatro fases y envuelta, eso sí, de polémica por el desplazamiento de algunos profesores lejos de su ciudad.
Estos días también han llegado noticias por parte del jefe de Gobierno. Matteo Renzi, publicaba vía Twitter la página firmada del decreto mediante el que se ingresará en la nómina de octubre a los profesores 500 euros netos para su formación, tal y como estaba previsto en la reforma. Los docentes, no obstante, critican la línea general de reformas del Gobierno, entre ellas la laboral.
Los docentes italianos desde las principales ciudades del país se han reunido para manifestar y decir una vez más 'NO' a esta reforma educativa por la que llevan protestando cerca de un año. Una reforma que pese sus movilizaciones no pudieron impedir que se convirtiera en ley el pasado mes de julio. Desde la capital, Roma, nos aseguran que continuarán con las movilizaciones para seguir denunciando los puntos más críticos de esta reforma.
Belén Alarcón, Roma.
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