Acusan al Gobierno de llevar a cabo una gestión antidemocratica y piden a gritos la dimisión del primer ministro Matteo Renzi.
Enfrente del Senado, los docentes italianos han leído al unísono artículos de la Constitución en defensa de la educación pública. Las manifestaciones no cesan y su enfado va "in crescendo".
Este martes, los ponentes de la Comisión de Educación de la Cámara Alta han presentado una maxi enmienda que aglutina algunas de las correcciones al texto, pero que deja fuera gran parte de las tres mil presentadas.
La oposición, entre ellos el Movimiento 5 Estrellas (Movimento 5 Stelle, M5S en italiano) o la Liga Norte, se opone a retirar las enmiendas presentas, y la hipótesis de que el Gobierno presente una cuestión de confianza sobre el texto está cada vez más cercana. Un mecanismo que pone entre la espada y la pared al resto de fuerzas para que se vote el texto tal y como está, sin prolongar el debate parlamentario.
Algo que empieza a ser una constante en el Gobierno y que ya ocurrió con la reforma electoral. La confianza podría ser presentada este mismo jueves. El Gobierno la defiende para acelerar los tiempos, llegar a septiembre con la reforma aprobada y contratar a 100.000 precarios. "Si el proyecto de 'La Buena Escuela' va adelante tendremos 100.000 contrataciones más, sino serán entre 20 y 25 mil", reiteraba Matteo Renzi.
Al margen de los puntos más calientes de la reforma, como el poder otorgado al director de los centros, la falta de renovación del contrato colectivo o las deducciones fiscales a los padres que lleven a sus hijos a la concertada, algunas voces critican además que esta reforma no modifica o mejora la oferta y calidad educativa.
Belén Alarcón, Roma.
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