Las jóvenes fueron arrestadas el pasado mayo y engrosan la lista de mujeres encarceladas en el país por razones políticas.
Entre julio de 2013 y marzo de 2015, unas 3000 mujeres fueron detenidas en Egipto por motivos políticos, según un informe de Human Rights Watch (HRW).
Varias decenas permanecen todavía entre rejas, cumpliendo dilatados períodos de prisión preventiva o condenadas por su participación en manifestaciones. Esto es lo que sucedió el pasado mayo a 13 jóvenes, varias de ellas menores de edad, al término de una marcha en la localidad egipcia de Damietta.
Así comenzó el calvario de las conocidas como chicas de Damietta, que es similar al que relatan familiares y abogados de otras activistas encarceladas. Los malos tratos comenzaron en las comisarías y continuaron en la prisión de Port Said. A diferencia de otras compañeras no fueron violadas por sus guardianes aunque sí amenazadas con ello.
Torturas, condiciones higiénicas deplorables y falta de asistencia médica son prácticas denunciadas por activistas seculares y religiosas. Las partidarias de los Hermanos Musulmanes o quienes fueron apresadas en manifestaciones en apoyo al expresidente Mohamad Mursi, como es el caso de las chicas de Damietta, pueden enfrentarse a acusaciones de terrorismo que contemplan la pena de muerte.
Las mujeres que se atreven a manifestarse contra el Gobierno en Egipto saben que arriesgan su propia vida. Casi un centenar pereció en menos de dos años mientras tomaba parte en protestas organizadas por la oposición.
Las activistas encarceladas, según revelan sus abogados, se exponen a mayores amenazas durante su encierro. Además de ser golpeadas al igual que sus compañeros varones sufren asaltos sexuales y prácticas vejatorias como los test de virginidad forzosos.
Rocío López, El Cairo.
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