Según el veredicto, Elaheh Mohamadi está condenada a seis años de cárcel por “cooperar con el hostil Gobierno de Estados Unidos”. La periodista también ha sido condenada a cinco años de cárcel por conspirar para delinquir contra la seguridad de la República Islámica, y un año de cárcel por propagar actividades contra el sistema.
Nilufar Hamadi, por su parte, tendría que cumplir siete años de cárcel por cooperación con EE.UU., cinco años por conspirar para delinquir contra la seguridad del país y un año, por propagar actividades contra la República Islámica de Irán.
La Sección 15 del Tribunal Revolucionario de Teherán ha emitido dichos veredictos para las dos periodistas, no obstante, es posible interponer en un plazo de 20 días un recurso de apelación contra el fallo preliminar. En caso de que el Tribunal de Apelación de Teherán falle en su contra, deberán cumplir la pena de cárcel más larga de las varias a las que han sido condenadas, según ha informado este domingo la agencia oficial de noticias iraní Mizan.
Como castigo adicional, se les ha prohibido tanto a Mohamadi como a Hamidi, durante 2 años, ser miembros de partidos y agrupaciones políticos, así como actividades en el ciberespacio, los medios de comunicación y la prensa.
En los expedientes de ambas personas mencionadas existen documentos probados de su contacto con algunas instituciones y personas relacionadas con el Gobierno de Estados Unidos, para coadyuvar, de manera consiente, a materializar objetivos contra la seguridad de la República Islámica.
Desde el inicio de las protestas tras la muerte de Mahsa Amini —joven iraní que falleció el 16 de septiembre de 2022 en un hospital en Teherán, días después de ser detenida por la Policía— los grandes medios occidentales, en su mayoría de propiedades estadounidense, saudí, y muchos con sede en Europa, lanzaron y financiaron una campaña de mentiras y desinformación para manipular lo sucedido en Irán e incitar a más actos vandálicos.
Esto, a pesar de que un informe de la Organización de la Medicina Forense de Irán concluyó que Amini, de 22 años, murió por efectos de “una intervención quirúrgica debido a un tumor cerebral a la edad de 8 años” y no por supuestos “golpes en la cabeza y en órganos vitales”.
Hamedi fue la primera periodista en divulgar el caso de Amini desde el hospital, Mohamadi, acusada de recibir entrenamiento como agente extranjero, escribió un reportaje sobre el funeral de la joven.
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