16 ministras de Relaciones Exteriores participaron el 20 de octubre pasado en una reunión virtual para discutir la situación de los derechos humanos en Irán. Después del encuentro, las participantes Exteriores emitieron una declaración conjunta en la que condenaron lo que dieron en llamar la represión de las protestas que tuvieron lugar en Irán tras la muerte de la joven Mahsa Amini.
En una carta dirigida a esas ministras de Asuntos Exteriores, la embajadora de Irán en Dinamarca, Afsane Nadipur, tachó el martes de “deshonesta y políticamente motivada” la referida declaración, exigiendo que los países dejen de actuar a base de doble estándar contra la República Islámica.
Asimismo, denunció la cancelación de la membresía de Irán en la Comisión de la Mujer de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) bajo presiones de EE.UU., pese a la presencia activa del país persa en este panel.
Esta medida “politizada” e “hipócrita” no se adoptó “realmente por una preocupación por los derechos de las chicas y las mujeres iraníes, sino fue otro intento por presionar un país que persigue sus políticas independientes”.
Al respecto, lamentó que la voz de las mujeres iraníes no se escuchó durante ocho años de la guerra impuesta por Irak a Irán (1980-1988), cuando perdieron a sus esposos, hermanos e hijos.
“¿Se escuchó la voz de las mujeres iraníes que inhalaron gas mostaza durante los ataques químicos en sus ciudades y pueblos (durante la guerra)?”, cuestionó, refiriéndose a otra muestra del posicionamiento hipócrita de Occidente.
Asimismo, destacó que, entre las 290 personas que murieron en el ataque estadounidense a un avión de pasajero iraní en 1988, figuraban 66 niños y varias mujeres.
Subrayando otro sufrimiento de las mujeres iraníes, la diplomática persa aludió a las sanciones “ilegales y brutales” impuestas a Irán, dadas las cuales, la nación iraní tiene dificultado el acceso a medicamentos, agregó.
Y, como otro caso, mencionó el asalto en su contra en octubre pasado, cuando un hombre armado ingresó a las instalaciones de la embajada de Irán en Copenhague, la capital danesa. “¿Resonó la voz de una mujer iraní, una colega diplomática, que fue blanco de un intento de asesinato?”, preguntó.
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