• El secretario general de la Oficina de Derechos Humanos del Poder Judicial de Irán, Kazem Qaribabadi.
Publicada: viernes, 21 de octubre de 2022 2:06

Un alto funcionario iraní denuncia que Estados Unidos y los países de Europa están usando sanciones para crear inseguridad y caos en el país persa.

El secretario general de la Oficina de Derechos Humanos del Poder Judicial de Irán, Kazem Qaribabadi, criticó este jueves en una entrevista a la cadena 1 de la televisión estatal las recientes sanciones al país persa por parte de EE.UU. y ciertos Estados europeos, que las intentan justificar con la supuesta represión de las protestas en Irán tras la muerte de la joven Mahsa Amini, el pasado 16 de septiembre.

Qaribabadi reiteró que Irán considera como un derecho del pueblo realizar reuniones pacíficas, como lo estipula la Constitución del país, pero, “¿los acontecimientos que ocurrieron durante este período fueron una reunión pacífica?”, cuestionó.

Al respecto, ha aludido a la masiva destrucción de las propiedades públicas y privadas, y las víctimas mortales causadas por los alborotadores en los disturbios de Irán, y denunció que los países occidentales no tienen nada que ver con la realidad. “¡Occidente dice que estas reuniones son pacíficas y boicotean a la Policía con este pretexto! Nuestros enemigos no buscan los derechos humanos de nuestro pueblo. (...), sino que “quieren convertir a Irán en uno de los países inseguros e inestables”, aseguró.

El funcionario persa, además, se refirió al papel de los medios de comunicación de Occidente que buscaron animar e incitar a la gente a la violencia.

 

En comentarios ofrecidos sobre el incendio en la cárcel de Evin, en norte de Teherán (capital), lo cual dejó 8 muertos, puso de relieve que, según las investigaciones, este incidente fue planeado de antemano con objetivos específicos y múltiples por los enemigos.

Irán tacha de “injerencia” en sus asuntos internos las sanciones impuestas en su contra y asegura que pronto sancionará en reciprocidad a entidades e individuos europeos.

Las autoridades iraníes consideran los disturbios un complot urdido por los enemigos —EE.UU., Europa e Israel— para desestabilizar el país y señalan que contrarrestarán todo intento de perturbar la paz y el orden público en Irán.

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