Desde finales de septiembre hasta principios de este mes, el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán ha lanzado varios ataques con drones y una andanada de misiles contra bases, cuarteles y campamentos de entrenamiento de los grupos terroristas kurdos, desplegados en el norte de Irak, en una represalia por enviar fuerzas y armas por parte de esas bandas para fomentar disturbios en Irán, así como atacar algunos de los puestos de vigilancia fronterizos del país persa.
En esta línea, la representación permanente de Irán ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Nueva York (Estados Unidos), explicó en una misiva remitida al Consejo de Seguridad de ese organismo, las razones por las que el país persa tuvo que optar por atacar las bases de terroristas.
“La República Islámica ha sido una de las principales víctimas del terrorismo durante más de cuatro décadas. Grupos separatistas y terroristas como el Partido Democrático de Kurdistán, Komleh, PJAK y el Partido de la Libertad del Kurdistán [PAK] están desplegados en la región del norte de Irak y lanzan desde allí ataques terroristas y armados contra los ciudadanos y la infraestructura básica de Irán”, detalla la carta.
Estos grupúsculos armados, agrega el texto, operan varios campamentos de entrenamiento en el suelo iraquí, donde atraen a reclutas y los incitan, organizan, apoyan y entrenan para cometer actos terroristas en el territorio iraní.
La Oficina de Representación persa en la ONU denuncia que solo en lo que va de 2016, estos grupos contrarevolucionarios han realizado 49 atentados terroristas en Irán y en las fronteras comunes que han dejado 24 muertos y 32 heridos.
Estas organizaciones criminales, reza la carta, instrumentalizando las protestas pacíficas acaecidas recientemente en Irán por la muerte de la joven iraní, Mahsa Amini, suministraron armas ligeras a grupos terroristas afiliados y los instigaron a cometer actos vandálicos, atacar bancos, ambulancias, comisarías y dañar la propiedad pública y privada.
“Durante este período, las fuerzas del orden frustraron también uno de los más serios actos de sabotaje contra las instalaciones nucleares pacíficas de Irán, lo cual había sido planeado por [grupo terrorista] Komala”, denuncia.
El texto detalla que las autoridades persas presentaron, tanto a los responsables del Gobierno central iraquí y los de la región semiautónoma del Kurdistán, las pruebas claras del apoyo de los grupos kurdos con sede en Irak a los disturbios en Irán.
La República Islámica también pidió a los responsables iraquíes que “tomaran las medidas necesarias en el marco del derecho internacional, los principios de relaciones amistosas y de buena vecindad” que lleven al control, el desarme y la expulsión de los grupos terroristas antiraníes, asentados en el país árabe.
Sin embargo, la nota explica que en ausencia de medidas efectivas y firmes en el Kurdistán iraquí para desarmar a terroristas, Irán optó por atacarlos. “En estas condiciones y considerando los continuos ataques terroristas, la República Islámica de Irán no tuvo más remedio que ejercer su derecho a la defensa en el marco del derecho internacional para proteger al pueblo, la seguridad nacional, la soberanía y la integridad territorial”, agrega.
La representación iraní en Nueva York destacó que la fuerza militar élite iraní utilizó armas de precisión para asegurarse de que la ofensiva se lleve a cabo en el marco del derecho internacional humanitario, y subrayó que los ataques no causaron pérdidas humanas.
El texto reitera el compromiso de Teherán con respetar la integridad territorial, la independencia y la soberanía nacional de otros países, y pide a Irak que expulse a los terroristas que amenazan la vida de los ciudadanos persas y atentan contra la seguridad nacional de Irán.
El apoyo de Irán, agrega la nota, a Irak para combatir Daesh y grupos terroristas afiliados, es una prueba del compromiso inquebrantable de la República Islámica con defender la integridad territorial y la soberanía del país árabe.
En esta línea, la misiva resalta el papel clave que desempeñó el comandante de la Fuerza Quds del CGRI, el teniente general Qasem Soleimani, en la destrucción de Daesh y el apoyo al Gobierno y la nación iraquíes. El texto concluye dejando en claro que el asesinato cruel de este importante héroe antiterrorista, en un ataque estadounidense en Bagdad en 2020, “benefició a Daesh y otras organizaciones criminales que están en la lista de grupos terroristas de la ONU”.
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