El veredicto se dio a conocer este domingo, tras atender demandas interpuestas por las personas que fueron víctimas o afectadas por las armas químicas que vendió Washington al entonces dictador iraquí Saddam Husein (1979-2003) para que las utilizara en la guerra de ocho años que impuso sobre Irán entre 1980-1988.
“Un número de personas, que se ha visto perjudicado en los bombardeos químicos ha interpuesto demandas (ante la justicia) y una corte ha emitido decretos para 18 de ellas que han sido afectadas o han muerto (en ataques químicos) y ha estimado su indemnización”, ha indicado el portavoz del Poder Judicial de Irán, Qolam Husein Mohseni Eyei.
Basándose en la sentencia decretada, el titular iraní ha precisado que Washington debe pagar unos 245 millones de dólares a las víctimas de los bombardeos químicos del derrocado régimen baasista.
Asimismo, Mohseni Eyei ha lamentado que los crímenes que ha cometido Estados Unidos contra la nación persa hayan sido poco atendidos tanto en los tribunales internos como en los internacionales.
En tal sentido, ha pedido a la justicia iraní y a otros poderes del país que hagan todo lo que esté a su alcance para hacer pagar a Washington por sus crímenes.
Un número de personas, que se ha visto perjudicado en los bombardeos químicos ha interpuesto demandas (ante la justicia) y una corte ha emitido decretos para 18 de ellas que han sido afectadas o han muerto (en ataques químicos) y ha estimado su indemnización”, ha indicado el portavoz del Poder Judicial de Irán, Qolam Husein Mohseni Eyei.
Durante la guerra impuesta a Irán, en varias ocasiones, el entonces régimen baasista de Irak utilizó armas químicas, mayormente proporcionadas por países extranjeros, con Estados Unidos a la cabeza.
La agresión del 29 de junio de 1987 contra la ciudad de Sardasht, situada en el noroeste de Irán se considera como uno de los peores ataques químicos de la historia, que costó la vida a 113 civiles y dejó más de 5000 heridos.
Un año antes de la tragedia de Sardasht, las diferentes zonas de las provincias de Juzestán (suroeste), Kurdistán (oeste) e Ilam (oeste) fueron atacadas 43 veces por cazas iraquíes equipados con bombas químicas.
De acuerdo con las cifras oficiales, los bombardeos químicos de Irak durante la guerra dejaron 2600 víctimas mortales y 107.000 heridos. Mientras tanto, unas 45.000 personas todavía sufren las dolorosas consecuencias de este acto inhumano.
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