El pueblo iraní nunca olvidará la inocencia de los civiles de Sardasht, caídos mártires en el bombardeo químico que lanzó el régimen del ejecutado dictador de Irak, Saddam Husein. La agresión del 29 de junio de 1987 contra esta localidad situada en el noroeste de Irán se considera uno de los peores ataques químicos de la historia, que costó la vida a 113 civiles y dejó más de 5000 heridos.
Durante la guerra impuesta a Irán, en varias ocasiones, el entonces régimen baasista de Irak utilizó armas químicas. Un año antes del ataque contra Sardasht, las diferentes zonas de las provincias de Juzestán (suroeste), Kurdistán (oeste) e Ilam (oeste) fueron atacadas 43 veces por cazas iraquíes equipados con bombas químicas. De acuerdo con las cifras oficiales, los bombardeos químicos de Irak durante la guerra dejaron 2600 víctimas mortales y 107.000 heridos. Mientras tanto, unas 45.000 personas todavía sufren las dolorosas consecuencias de este acto inhumano.
El silencio de las organizaciones internacionales y los medios de comunicación de Occidente ante los cruentos crímenes del entonces régimen baasista de Irak hizo que, unos meses después del bombardeo de Sardasht, Saddam se atreviera a atacar con armas químicas la ciudad kurda de Halabja, provocando una catástrofe mortal que recordó la tragedia atómica de Hiroshima y Nagasaki.
Ali Gudarzi, Teherán.
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