La borrasca invernal ha convertido nuevamente las ruinas en trampas mortales en Gaza. Viviendas previamente destruidas por los bombardeos se han derrumbado sobre sus habitantes, dejando nuevos muertos, heridos y desaparecidos. Ante esta situación, propietarios de residencias dañadas organizaron un acto de solidaridad junto a la casa de la familia Labad, en el barrio de Sheikh Radwan, destruida hace días y que provocó la muerte de más de cinco de sus miembros.
No se trata solo de un gesto simbólico, sino de un llamado colectivo para exigir soluciones urgentes: la entrega inmediata de casas móviles y el inicio real del proceso de reconstrucción en la Franja de Gaza. Familias que sobrevivieron a la guerra hoy enfrentan un nuevo enemigo: el frío, la lluvia y la destrucción de estructuras nunca rehabilitadas.
Los afectados viven un deterioro constante: sin refugio seguro, sin recursos y con el temor permanente de que lo poco que queda vuelva a colapsar. Niños, ancianos y enfermos pasan el invierno entre escombros, mientras la ayuda sigue sin llegar y la reconstrucción permanece paralizada.
El mal tiempo ha vuelto a evidenciar la fragilidad de muchas viviendas en Gaza, dañadas desde la guerra y nunca rehabilitadas. Familias que permanecían en estructuras inestables han perdido nuevamente sus hogares, mientras reclaman refugios temporales y el inicio del proceso de reconstrucción para evitar nuevas tragedias.
Huda Hegazi, Gaza.
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