Envuelto en una pequeña manta blanca, el cuerpo de Elias Abu Shamaleh, fue puesto en una tumba en Gaza por su padre. Es uno de miles de niños gazatíes que perdieron la vida desde el pasado 7 de octubre, debido a los bombardeos israelíes.
El Ministerio de Sanidad de Gaza, declaró el miércoles el “colapso total” del sistema de salud de la Franja de Gaza por la falta de combustible y los bombardeos del régimen Israel.
Las cifras de la Organización de Naciones Unidas (ONU) muestran que más de un tercio de los 35 hospitales del estrecho territorio palestino han cerrado.
Actualmente, hay más de 7 mil enfermos y heridos que necesitan de tratamiento urgente, a los que los servicios sanitarios de Gaza no pueden atender.
Los pacientes son tratados en el suelo y los pasillos y los médicos se ven obligados a operar sin anestesia y usando las luces de sus teléfonos móviles.
Los suministros humanitarios en Gaza son críticamente bajos. El régimen israelí no permite la entrada de combustible.
La Media Luna Roja Palestina, dijo que 12 camiones habían cruzado el jueves desde Egipto transportando alimentos, agua y suministros médicos, lo que suma 74 camiones desde el sábado; una pequeña fracción de las necesidades de Gaza.
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