El pasado viernes, el ejército de la ocupación ordenó a los gazatíes, evacuar la zona norte y central de la Franja de Gaza y dirigirse hacia el Sur.
Ante el miedo y terror, parte de la población comenzó a dirigirse a los colegios y hospitales de esa zona. Sin embargo, el proceso de evacuación fue aterrador.
La inaccesibilidad en las calles, debido a los destrozos y la falta de medios de transporte, obliga a miles de personas a realizar el trayecto a pie, con unas difíciles condiciones imposibles de ocultar a la vista de cualquiera.
Lamentablemente, la situación en los colegios de la Franja es insostenible. Los gazatíes aseguran que no tienen agua, ni comida, ni electricidad. Tampoco tienen sitio donde dormir, y con la gran aglomeración de personas en un solo lugar, las enfermedades contagiosas van en aumento. Desgraciadamente, los menores de edad son los que más sufren.
Así mismo, los hospitales de la Franja de Gaza han anunciado estar al borde del colapso. La falta de corriente eléctrica, combustible, además de medicinas y suministros médicos, son unas de las principales causas. Por otro lado se ha asegurado que ya no tienen capacidad de recibir a más heridos.
Israel sigue sin permitir la entrada de las ayudas humanitarias por la Frontera de Rafah. Una forma de hacer aún más difícil la vida de los gazatíes.
Huda Hegazi, Gaza
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