La acción fue organizada por la entidad pro derechos humanos Combatientes por la Paz con el objetivo de atraer la atención de la comunidad internacional al sufrimiento, las vejaciones y violaciones de los derechos que sufren los pobladores palestinos de esa aldea por parte del régimen de Tel Aviv.
Tanto la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como Estados Unidos han instado al régimen israelí a no demoler la aldea de Susiya, en la que viven 300 palestinos en durísimas condiciones debido a la carencia de agua potable y electricidad.
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