"La Cancillería palestina considera el aumento del racismo como una amenaza directa a la vida de cientos de miles de ciudadanos estadounidenses que profesan el Islam."
"Consideramos que es un indicio serio el aumento del racismo y el extremismo religioso, que es una amenaza directa a la vida de cientos de miles de ciudadanos estadounidenses que profesan la religión islámica", reza un comunicado emitido este sábado por la Cancillería palestina.
La nota exige "una investigación seria y transparente y la participación de los peritos palestinos (debido a la ascendencia palestina de las víctimas) para aclarar las circunstancias de estos asesinatos y asesinatos premeditados".
El triple asesinato se produjo el pasado martes, en un apartamento cercano al campus de la Universidad de Carolina del Norte, en la que estudiaban dos de los asesinados, Deah Barakat, estudiante de odontología de 23 años, y su esposa, Yusor Mohammad Abu-Salha, de 21. La hermana de Yusor, Razan, de 19 años, estudiaba en otra universidad cercana.
El presunto autor del triple asesinato, Craig Stephen Hicks, de 46 años, se entregó a la Policía tras la matanza.
La policía local ha puesto en marcha una investigación por homicidio que se centra en una disputa por una plaza de aparcamiento, pero las familias de las víctimas lo han rechazado y consideran el incidente como un “asesinato al estilo ejecución” y un “crimen de odio”.
Ese crimen atroz que ha provocado masivas condenas y marchas de protesta en los países musulmanes, ha llevado este sábado a las calles a cientos de palestinos en la sitiada Franja de Gaza.
Los indignados manifestantes que portaban pancartas para condenar la masacre de los tres musulmanes en Carolina del Norte, han exigido al Gobierno estadounidense detener esa creciente ola de islamofobia y la violencia racial en su país.
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