La protesta, convocada por el Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), se celebró con el lema “Caminata por la paz y el diálogo”. Y portando banderas del país centroamericano, los participantes coreaban al unísono en Managua, la capital: “¡presidente, márchese!”.
El diario local La Prensa confirmó que unas 10 000 personas, en su mayoría estudiantes, exigieron además la salida del poder de la mujer del mandatario nicaragüense, Rosario Murillo, en protesta por la reforma al sistema de seguridad social que impuso el miércoles el Gobierno sandinista y que desató violentas protestas que de momento se han saldado con 20 muertos y un centenar de heridos y numerosos daños materiales.
La agencia de noticias británica Reuters aseguró en su edición del lunes que Ortega ha “perdido el control en las calles” del país. “Daniel Ortega ya no tiene la capacidad ni la autoridad moral para continuar gobernando”, declaró el medio.
Manifestantes botan un rótulo de Ortega y Murillo durante marcha contra la represión del gobierno. Video de @Delwingcito para @laprensa pic.twitter.com/3B6yp7F4Mu
— Dora Luz Romero (@dromero2) April 23, 2018
Por su parte, el senador demócrata estadounidense Robert “Bob” Menéndez, conocido por su hostilidad contra Cuba y Venezuela, criticó en su cuenta de Twitter la violencia que aplica la Policía contra los manifestantes.
“La decisión de los Ortegas de enfrentar a manifestantes y a la prensa con fuerza desproporcionada es inaceptable. Insto a todas las partes a que se abstengan de la violencia y respeten el derecho a la protesta pacífica”, escribió Menéndez.
Su crítica se produjo el mismo día en que el Departamento de Estado de Estados Unidos emitía un comunicado en el que ordenaba la salida de Nicaragua de los familiares del personal de su embajada y autorizaba la salida voluntaria de sus funcionarios en ese país debido a la ola de violentas protestas.
Ortega denunció el sábado que detrás de las protestas había una conspiración impulsada por grupos opositores del país financiados por Estados Unidos y el narcotráfico, sin embargo, aceptó dialogar con los empresarios privados sobre el polémico tema.
De este modo, anunció el domingo la revocación de la reforma al sistema de seguridad social que reducía las pensiones en un 5 % y aumentaba las contribuciones de las empresas y trabajadores para rescatar al Instituto Nicaragüense del Seguro Social (INSS). El Gobierno pretendía recaudar así 250 millones de dólares (203 millones de euros).
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