Hace seis años y medio, el 26 de septiembre del 2014 desaparecieron 43 estudiantes, en una sola noche, en un solo hecho. Las primeras investigaciones llegaron a la conclusión de que sicarios del crimen organizado los secuestraron, mataron y luego los incineraron en la basurero de Cocula.
En su manifestación mensual los padres de familia han rechazado esa versión y piden que se busquen nuevos datos para saber qué pasó con sus hijos.
La nueva directora de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) aseguró que los visitadores que dirigía su antecesor Luis Raúl González Pérez, no escucharon a las víctimas, dejaron de lado las demandas de los padres de familia y se estigmatizó a la normal Raúl Isidro Burgos al adjudicarle tráfico de drogas.
La CNDH, redirige las investigaciones con la participación directa de los padres de familia, quienes no han dejado de señalar que intervinieron elementos de corporaciones federales del gobierno pasado y que el Ejército ocultó información a las autoridades que investigaban la desaparición de los 43 estudiantes.
Para los padres de familia, el nuevo reporte de la Comisión Nacional de Derechos Humanos dan una luz de esperanza para que se abran las investigaciones, para que se sepa finalmente qué ocurrió con los jóvenes porque ya tenemos casi 7 años y hasta la fecha no hay un indicio de que fue lo que pasó la noche del 26 de septiembre del 2014.
Arturo Calvillo, Ciudad de México.
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