En un día humillante para Washington, al grito de muerte a América, miles de manifestantes han atacado el complejo de la Embajada de Estados Unidos en Bagdad (la capital). La indignación sigue el ataque que el pasado domingo llevó a cabo el Pentágono contra las fuerzas de Movilización Popular, que dejó decenas de muertos y heridos.
El ataque ha reavivado aún más los sentimientos contra la presencia estadounidense en el país árabe, una presencia de más de 16 años y que cuyo resultado no ha sido más que el caos y conspiración. Los manifestantes han exigió el cierre de la Legación de Estados Unidos y la expulsión del embajador.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusa a Irán de estar detrás de los incidentes en su Embajada y ha ordenado el despliegue de más fuerzas militares a Irak
Desde Irán, niegan las acusaciones y recuerdan a Washington que su ofensiva ha dejado decenas de muertos y heridos y no pueden esperar que esto no genere indignación entre ciudadanos iraquíes.
Más de 100 diputados iraquíes han apoyado una iniciativa para que el Parlamento de Irak siga con una enmienda que fuerce la salida de tropas de Estados Unidos de Irak. El líder chií, Muqtada Sadr ha apoyado la iniciativa.
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