De los 329 diputados que forman la cámara solo 251 han asistido a la votación, en la que el legislador suní Al-Halbusi, con 167 votos, se ha convertido en nuevo presidente del Parlamento. Así pues, cuatro meses después de las elecciones, se da el primer paso para el establecimiento de un nuevo Ejecutivo.
El rival más cercano a Al-Halbusi ha sido el exministro de Defensa Jaled al-Obeidi, que ha recibido el respaldo de 89 parlamentarios.
El órgano unicameral debería haber elegido nuevo presidente durante su primera sesión, que se celebró el pasado 3 de septiembre, pero aplazó la votación por falta de quórum, debido a los desacuerdos entre los bloques suníes a la hora de designar a la persona que ocuparía el cargo.
Al-Halbusi fue gobernador de la provincia de mayoría suní Al-Anbar, y uno de los principales campos de batalla en la guerra contra el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), cuya derrota anunció el primer ministro saliente Haidar al-Abadi en diciembre de 2017.
Tras el derrocamiento del dictador Sadam Husein en el año 2003 se determinó como norma que el jefe del Parlamento siempre sea suní, que el cargo de primer ministro lo ocupe un político chií y que el presidente sea elegido entre los kurdos.
Una vez elegido el jefe del órgano legislativo, los diputados votarán al nuevo presidente de la República, que, a su vez, nombrará al primer ministro, y este, en un plazo de 30 días, formará el Gobierno.
El jueves, Al-Abadi, cuya lista fue la tercera más votada en las elecciones legislativas del 12 de mayo, anunció que no buscaría un segundo mandato.
Conforme a los resultados de los comicios, la coalición del Movimiento Sadr, liderado por Muqtada al-Sadr, resultó ganadora con 54 escaños, seguida por la coalición Al-Fath, afín a las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), liderada por el secretario general de la Organización Badr, Hadi al-Ameri, que se hizo con 42 escaños.
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