Tras dos años de guerra y desplazamientos, miles de niños palestinos esperan regresar a sus pupitres. La educación se ha convertido en un símbolo de esperanza y resiliencia.
Unicef y UNRWA trabajan en condiciones precarias para habilitar aulas improvisadas. Muchas escuelas continúan funcionando como refugios, mientras que otras permanecen destruidas o gravemente dañadas.
Volver a clases no solo implica aprender; para los niños de Gaza, la escuela representa un espacio de seguridad, convivencia y reconstrucción del futuro.
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