El epicentro se localizó cerca de Bogo City, donde casas, negocios y centros deportivos colapsaron, atrapando a decenas de personas bajo los escombros.
Las labores de rescate se ven obstaculizadas por lluvias intermitentes, caminos destruidos y más de 600 réplicas. Tropas, voluntarios y perros rastreadores trabajan sin descanso en busca de sobrevivientes.
La región aún se recuperaba del paso del tifón Bualoi, que días antes dejó 27 muertos y miles de desplazados. La doble tragedia ha generado una emergencia humanitaria en una de las zonas más vulnerables de Filipinas.





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