Cientos de personas, entre ellos muchos niños, se congregaron en las periferias de la torre Azadi para encender velas, expresar sus condolencias a las familias de las víctimas y condenar la masacre que cegó la vida de más de 80 personas, la mayoría niñas.
El atentado se produjo a primeras horas de la tarde del sábado, en el área de Dasht-e-Barchi, en el oeste de Kabul, frente a la puerta de entrada de una escuela de niñas. De acuerdo con las autoridades locales, la violencia del atentado también dejó más de 140 heridos.




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