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Publicada: martes, 20 de enero de 2015 15:34
Actualizada: jueves, 10 de diciembre de 2015 9:03

El primer ministro francés, Manuel Valls, ha señalado este martes que los guetos que existen en su país suponen “un apartheid territorial, social, étnico” que se ha impuesto en Francia y del que apenas “se habla”, en declaraciones hechas en un encuentro con la prensa. “De las revueltas de 2005, ¿quién se acuerda ahora?”, ha señalado Valls en tono afectado para precisar que “sin embargo, los estigmas siguen ahí”. Entre los “males que corroen” Francia y las “fracturas y tensiones que se incuban desde hace demasiado tiempo”, el premier ha enumerado “la relegación en las afueras de las ciudades” y “las discriminaciones cotidianas por no tener el apellido o la tez adecuados, o por ser mujer”. Ha lamentado además que no “se hable”, sin precisar entre quiénes, de esos problemas más que “de manera intermitente” para luego olvidarlos, antes de fechar en el año 2005 una alusión suya a las fracturas sociales existentes en la sociedad francesa. El premier también ha señalado “el miedo colectivo al desempleo masivo, al desempleo de larga duración, al desempleo de los jóvenes, frente a una vida demasiado cara”. En 2005, Manuel Valls era alcalde de la localidad de Évry, al sudeste de París (capital francesa), que se vio poco afectada por los violentos disturbios y enfrentamientos con la policía que se produjeron entre octubre y noviembre en numerosos suburbios de las grandes ciudades de Francia. En los primeros años de la década de 2000, Valls mantuvo posiciones políticas próximas a las de sectores populares franceses, puestas de manifiesto por su implicación en el movimiento de solidaridad con el pueblo palestino. En años más recientes, y especialmente a partir de 2010, cambió de posición, adoptando posturas favorables al régimen israelí y desencadenando incluso persecuciones contra populares militantes franceses antisionistas como el cómico Dieudonné, siendo él ministro del Interior, entre 2013 y 2014. Los recientes atentados terroristas cometidos en París han alentado una ola de islamofobia con 116 agresiones contra musulmanes registradas hasta el lunes, y una exacerbación de las tensiones sociales, que tratan de mantener a raya las autoridades francesas con declaraciones conciliadoras. mla/anz