Los polacos, en la manifestación convocada por organizaciones nacionalistas y de ultraderecha, expresaron su rechazo a la decisión del Gobierno de aceptar 7000 personas en calidad de refugiados entre 2016 y 2017.
De acuerdo con los manifestantes, que ya han realizado una protesta similar el pasado 10 de septiembre, la entrada de extranjeros al país afectará el aspecto económico.
Por su parte, la primera ministra polaca, Ewa Kopacz, declaró el pasado mes que si bien Polonia no puede permitirse aceptar a inmigrantes económicos, es la "obligación" de la mayor economía de Europa Central aceptar a refugiados que escapan de guerras.
Según una reciente encuesta, el 56 por ciento de los polacos está en contra de una afluencia de personas de Oriente Medio y África.
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