"No queremos que este tema se solucione en los despachos, sino que queremos que se juegue, convencidos de que la mayoría se quiere quedar, aunque luego en democracia, cuando hay alguna cosa que no funciona se puede cambiar", afirmó Iglesias durante una entrevista concedida a la Cadena Ser de España.
No queremos que este tema se solucione en los despachos, sino que queremos que se juegue, convencidos de que la mayoría se quiere quedar, aunque luego en democracia, cuando hay alguna cosa que no funciona se puede cambiar", afirmó el secretario general del partido Podemos, Pablo Iglesias.
El líder político español recordó que su partido no quiere que Cataluña se vaya de España y advirtió al ejecutivo nacional que su actual actitud y las medidas que plantea para frenar el proceso independentista catalán no son adecuadas, pues, a su parecer, sería mucho mejor si los propios ciudadanos catalanes tuvieran un papel en una decisión de suma importancia como esta.
Pese a las advertencias del Gobierno central, el Parlamento de Cataluña aprobó el lunes, con 72 votos a favor, una propuesta para iniciar el proceso de una República catalana independiente de España, circunstancia que atrajo la reacción inmediata del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, quien criticó el hecho e informó que pondrá en marcha un recurso ante el Tribunal Constitucional (TC).
Por otra parte, Iglesias advirtió al presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, que si Podemos gana las elecciones generales del 20 de diciembre, se le acabará “el chollo”.

También declaró que está convencido de que la mayoría de los catalanes está en contra de una eventual secesión y en caso de un referéndum, votaría a favor de quedarse en España.
"Estamos convencidos de que si se vota la relación jurídica sale que la mayoría se quiere quedar. Yo quiero jugar el partido y plantear que España es atractiva para Cataluña”, dijo.
El proyecto independentista catalán ganó ímpetu con una gran manifestación en la ciudad de Barcelona en septiembre de 2012 y alcanzó su clímax el 9 de noviembre de 2014, cuando una consulta popular informal congregó a 2,3 millones de personas para votar a favor de la independencia.
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