"Felicito el acuerdo nuclear hito entre la República Islámica de Irán y los países del Grupo 5+1. El diálogo y la diplomacia paciente han dado sus frutos", sostuvo el lunes el máximo titular de la ONU, durante su intervención ante la 70ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU), celebrada en Nueva York (EE.UU.).
Felicito el acuerdo nuclear hito entre la República Islámica de Irán y los países del Grupo 5+1. El diálogo y la diplomacia paciente han dado sus frutos", sostuvo el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon.
Tras más de dos meses de maratónicas reuniones, Irán y el G5+1 (Estados Unidos, Francia, el Reino Unido, China y Rusia, más Alemania) anunciaron el pasado 14 de julio la conclusión de sus diálogos sobre el programa iraní de energía nuclear.
Las partes consensuaron un Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés), lo cual de ser aplicado levantará todas las sanciones impuestas al país persa por su programa nuclear.
Ban confió en que "el espíritu de solidaridad" plasmado en el acuerdo nuclear entre las potencias mundiales e Irán "pueda trasladarse a otras zonas en conflicto, como Siria, Yemen y Ucrania".
El secretario general de la ONU pidió además, el papel de Irán, como uno de los países "clave", en la resolución de la crisis en Siria, donde "millones de personas están abandonando el país por la opresión y el extremismo" y "la crisis está fuera de control", según dijo.

"Es hora de que los demás, sobre todo el Consejo de Seguridad y los actores regionales clave, den un paso adelante", dijo, y agregó: "cinco países tienen (un papel clave), en particular: la Federación de Rusia, Estados Unidos, Arabia Saudí, Irán y Turquía".
Para Ban, un acuerdo entre los principales países del mundo podría cambiar la caótica situación vivida en Siria. "Pero siempre y cuando uno de los lados no se comprometa con el otro, es inútil esperar que haya un cambio en el suelo", aseguró.
Desde el inicio de la crisis siria, algunos países occidentales y regionales, han patrocinado a los grupos armados que operan en el país árabe e insistido en la salida del poder del presidente Bashar al-Asad, cuyo Gobierno prioriza la lucha antiterrorista para defender a la nación siria.
No obstante, Irán y Rusia que rechazan la injerencia foránea en los asuntos internos de Siria, priorizan la lucha contra el terrorismo en el territorio árabe, y advierten de que la caída de Al-Asad dará lugar al crecimiento del terrorismo y el extremismo no sólo en Oriente Medio, sino en todo el mundo.
La violencia en Siria ha causado la muerte de más de 240.000 personas, además de dejar más de 11 millones de desplazados.
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