Con 391 votos en contra y 242 a favor, los diputados británicos han mostrado este martes su oposición al proyecto propuesto por May, pese a las modificaciones logradas a última hora del lunes.
La Cámara de los Comunes ya rechazó este mismo acuerdo el 15 de enero por 202 votos a favor y 432 en contra, una diferencia de 230 votos. De hecho, May ha sufrido otra histórica derrota, aunque trató de superarla renegociando con Bruselas el punto más conflictivo del pacto.
Durante las cinco horas de debate parlamentario y a solo dos semanas y media de la fecha en que el Reino Unido debe abandonar la UE —29 de marzo—, May había advertido de que, en caso de rechazar el acuerdo, el país se “arriesga a un Brexit sin acuerdo o a ningún Brexit”.
Cerca de la medianoche, May y el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, anunciaron en Estrasburgo (Francia), acuerdos de último minuto para aumentar las garantías sobre la salvaguardia irlandesa; principal escollo del acuerdo del Brexit. Juncker alertó de que si el Parlamento británico volvía a rechazar el acuerdo no haría ninguna concesión más.
No obstante, esto no calmó el temor de muchos diputados. Un influyente grupo de legisladores euroescépticos, que incluye al jefe de filas del Partido Unionista Democrático (DUP, por sus siglas en inglés) —socio clave de May en el Parlamento—, tras analizar el contenido del acuerdo, recomendó votar en contra.
La primera ministra había prometido que si los diputados tumbaban de nuevo el pacto organizaría una nueva votación el miércoles para que los parlamentarios aclararan si están a favor o en contra de un Brexit sin acuerdo, dadas las catastróficas consecuencias económicas que tendría para Londres.
Si el Parlamento rechaza también esa opción, el jueves debería realizarse una tercera votación sobre la posibilidad de pedir al bloque comunitario un aplazamiento de la fecha del Brexit.
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