La premier británica, Theresa May, quiere comenzar 2018 con un nuevo equipo de Gobierno más cercano y más leal. Pero los esperados cambios significativos no lo son tanto. Se esperaba un cambio en la cartera de sanidad y quitar a uno de los ministros más impopulares, pero en vez de ello, May suma servicios sociales a las competencias de Jeremy Hunt. Algo parecido pasa con vivienda, esta cartera se une a la de comunidades bajo la dirección de Sajid Javid. Sanidad y vivienda son dos de los principales problemas del país.
Theresa May plantea este cambio en su Gabinete con la idea de afianzar su posición al frente del Gobierno, de cara a las próximas elecciones generales y de cara a las actuales negociaciones sobre el Brexit, sin embargo muchos críticos argumentan que los cambios tendrían que haber ido mucho más lejos.
Más ausencia de cambio viene representada por los pesos pesados del Gobierno, que se quedan donde están, con Amber Rud al frente de interior, Philip Hammond en economía, Boris Johnson en Exteriores y David Davis al frente de Brexit.
Donde sí hay caras nuevas, en los cargos de confianza de la primera ministra. David Lidington se convierte en mano derecha de May sustituyendo a Damian Green, mientras que Brandon Lewis sustituye al veterano Patrick McLoughlin al frente del partido.
Otro cambio, el secretario de estado para Irlanda del Norte, quien ha dimitido por problemas de salud. Su posición la ocupa Karen Bradley, quien se ocupaba de cultura, y ahora debe tener la difícil tarea de representar al Gobierno en las negociaciones con Irlanda del Norte sobre cómo se ejecuta Brexit.
Ian Díez, Londres.
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