El primer ministro iraquí, Haidar al-Abadi, "dejó muy claro que no quiere ver tropas británicas en su territorio, al igual que no quiere ver a las estadounidenses", ha destacado este viernes Fallon durante una rueda de prensa conjunta con el jefe del Pentágono, Ashton Carter.
El primer ministro iraquí, Haidar al-Abadi, dejó muy claro que no quiere ver tropas británicas en su territorio, al igual que no quiere ver a las estadounidenses", ha destacado el ministro de Defensa británico, Michael Fallon.
Bagdad, señala Fallon, está convencido de que las fuerzas iraquíes están aptas para garantizar por sí mismas la seguridad de los territorios recuperados de las manos del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe).
Asimismo, ha resaltado que el Reino Unido no tiene previsto desplegar fuerzas terrestres ni en Irak ni en Siria y ha pedido a Rusia dejar de respaldar al presidente Bashar al-Asad y, de este modo, respaldar a la llamada coalición anti-EIIL, liderada por EE.UU., en la “lucha” contra los terroristas que operan en el territorio sirio.
Por su parte, el secretario del Departamento de Defensa de Estados Unidos se ha referido a Londres como un serio aliado de Washington en la lucha contra Daesh en Irak y ha resaltado las medidas del Reino Unido para poner fin a la violencia terrorista.
“Fuertes aliados, como Estados Unidos y el Reino Unido, al poner en práctica todo su poderío nacional, lograrán derrotar al EIIL”, ha señalado.
El 2 de diciembre, los miembros del Parlamento británico, por iniciativa del primer ministro británico, David Cameron, aprobaron el inicio de una campaña de bombardeos aéreos a posiciones de Daesh en Siria, tras llevar un año desarrollándola ya en Irak con pocos resultados, en el marco de las operaciones de la llamada coalición anti-EIIL. Esta petición fue realizada tras los ataques de París y la llamada de auxilio por parte del presidente francés, Francois Hollande.
Horas después de dicha aprobación, el Reino Unido comenzó sus bombardeos contra la banda terrorista en Siria, pero sin coordinar con el Gobierno de Damasco y sin el aval de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Las autoridades sirias han cuestionado la eficacia de la campaña de ataques aéreos de la llamada coalición anti-EIIL, asegurando que no ha conseguido debilitar al grupo takfirí y el ministro sirio de Información, Omran al-Zoubi,ha subrayado recientemente: "todo es ruido de bombardeos y propaganda sin resultado alguno sobre el terreno".
La crisis siria, desde su inicio en 2011 por la violencia de los grupos terroristas respaldados desde el extranjero, se ha cobrado ya la vida de más de un cuarto de millón de personas.
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