Según las fuentes, los SA-17 Grizzly, de producción rusa, habían sido entregados hace un año al Gobierno de Damasco pero ahora están en manos de Hezbolá y se espera que sean emplazados en una zona de El Líbano, cerca de los territorios ocupados palestinos, para impedir la posible entrada de aeronaves israelíes.
Estos sistemas son capaces de detectar objetivos a 2500 kilómetros de distancia, además de ser altamente eficaces contra cualquier objeto en el aire, incluidos misiles de crucero o aeronaves no tripuladas.
Top intelligence source confirms to me, SA-17 Grizzly, #Russia delivered to #Assad last year, now with #Hezbollah. pic.twitter.com/FbQXsdlisz
— Julian Röpcke (@JulianRoepcke) April 7, 2016
Al mismo tiempo dejaron saber que sistemas antiaéreos SA-22 y SA-5 se han sumado al arsenal balístico de los combatientes de la Resistencia libanesa, que en los últimos días había incluido misiles modelo BrahMos (P-800 Oniks), SS-21 y Scud-D, la mayoría de los cuales tienen un alcance de entre 500 y 800 kilómetros.
Hasta el momento el Gobierno sirio ni Hezbolá han hecho declaraciones que confirmen o nieguen esta información.
En el noviembre de 2015 la agencia israelí Walla informó que Hezbolá había fijado como objetivo la adquisición de misiles tierra-aire de los tipos SA-17 y SA-22, además de los otros modelos que presuntamente ya tiene en su poder.
Este aumento de poderío misilistico de Hezbolá, si llega a ser confirmado, provocará gran preocupación en el régimen de Tel Aviv dado que parte de los oficiales de inteligencia israelíes sospechan que la Resistencia libanesa podría lanzar un ataque masivo sorpresa en respuesta a los crímenes cometidos por dicho régimen contra los pueblos de Palestina y El Líbano.
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