Ante la prensa, el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price, trató el lunes justificar la falta de ayuda de Washington a Siria tras el terremoto mortal que sacudió el país árabe la madrugada del lunes, mientras ha enviado sustancial apoyo a Turquía, que también sufre una enorme devastación por el seísmo.
En respuesta a por qué EE.UU. solo apoya a la nación turca y no ayuda al pueblo sirio por el terremoto, el vocero subrayó que “Turquía es un importante aliado de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)”.
Price afirmó que Washington también apoya al pueblo sirio, pero no está en contacto directo con el Ejecutivo sirio porque “sería bastante irónico, sino incluso contraproducente, acercarse a un Gobierno que ha brutalizado a su población a lo largo de los últimos 12 años”.
Según el portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Washington enviará a Turquía dos equipos especializados en búsqueda y rescate urbano, compuesto cada uno de 79 personas.
Mientras el devastador terremoto ha sacudido el sur de Turquía y el norte de Siria, en un acto político evidente, sin prestar atención a la situación de las víctimas del terremoto en el territorio sirio, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden dijo que ha ordenado a su equipo que continúe monitoreando de cerca la situación en coordinación con Turquía para brindarle la asistencia necesaria.
El Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca ha confirmado en un comunicado el recibo de la orden presidencial para ayudar al Gobierno turco, pero no dice nada de prestar auxilio a las víctimas del terremoto en Siria.
Según los últimos datos actualizados de las autoridades turcas y sirias, la cifra de muertes por los terremotos en los dos países asciende a 4445 personas.
El canal catarí Al Jazeera ha informado que el terremoto ha dejado unos 1504 muertos y 3548 heridos en Siria.
Las sanciones occidentales, en especial las estadounidenses, fueron aplicadas contra el Gobierno y el pueblo sirios desde el comienzo de la crisis (2011), obstaculizando el acceso del pueblo a medicamentos, productos alimenticios, petróleo, entre otros.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) admitió a finales de mayo de 2022 que Siria vive la “peor crisis económica y humanitaria desde el inicio del conflicto” y estimó que 14,6 millones de sirios dependen de la asistencia humanitaria, la mayor cifra registrada.
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