Denuncian a los políticos de turno y sus relaciones comprometedoras con las corporaciones. Este “lecho matrimonial” simbólico de la corrupción a puerta cerrada se revela ante el edificio del Banco Mundial en capital estadounidense. Allí, se deciden, con permiso o sin él, los destinos de cientos de miles de millones de seres humanos.
La cita anual en el marco del Fondo Monetario Internacional agrupa a representantes gubernamentales del grupo de los 20, así como a otros dignatarios y representantes del estatus quo. Décadas de supuesta inversión en un futuro que nunca llegó. La herencia de estas entidades es la del prestamista: deuda, fraude y enriquecimiento con la miseria humana.
Los manifestantes denuncian al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial como entidades representativas de los intereses hegemónicos de Estados Unidos y sus aliados occidentales.
En este sentido, los préstamos y créditos son solo excusas de una fachada que pretende la libertad y la democracia a través del capitalismo, pero en realidad, busca el control y la hegemonía.
La experiencia de otros activistas indica que para introducir las teorías de “shock” económico es necesario crear condiciones políticas, en adición al condicionamiento social. Así, cada vez que Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional otorgan créditos lo hacen en función a obligar a los prestatarios a adoptar determinadas políticas económicas.
Marcelo Sánchez, Washington.
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