El Gobierno estadounidense ha tomado este miércoles la decisión de anunciar un nuevo paquete de sanciones contra Rusia y Bielorrusia en respuesta a la operación militar especial rusa iniciada desde el pasado 24 de febrero bajo el mando del presidente ruso, Vladimir Putin, en Ucrania subrayando que tal medida busca “degradar con el tiempo el estatus de Rusia como proveedor líder de energía”.
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En este marco, dichas sanciones se tratan de 22 entidades rusas relacionadas con la defensa, incluyendo firmas que fabrican aviones de combate, vehículos de combate de infantería, sistemas de guerra electrónica, misiles y vehículos aéreos no tripulados para el ejército ruso.
Por otro lado, la Casa Blanca ha puesto en marcha una serie de sanciones “radicales” a Bielorrusia para afectar la importación de bienes tecnológicos de Minsk.
La noticia ha llegado después de que el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, afirmara el pasado martes que el Ejército de su país no participará en los enfrentamientos en el territorio ucraniano pero el sistema de defensa aérea bielorruso está “preparado” para evitar ataques “por la espalda” contra las fuerzas rusas.
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