“No es que ahora nos entendamos mejor, (sino que) después de tantos años de desconfianza, estamos aprendiendo a trabajar juntos y ayuda hablar sobre nuestras diferencias a nivel bilateral”, explicó el jueves Maximilien Arveláiz, la persona clave en los contactos de alto nivel con diplomáticos del Departamento estadounidense de Estado.
No es que ahora nos entendamos mejor, (sino que) después de tantos años de desconfianza, estamos aprendiendo a trabajar juntos y ayuda hablar sobre nuestras diferencias a nivel bilateral”, explicó Maximilien Arveláiz, el encargado de negocios de Venezuela en Washington.
Sin embargo, subrayó que las relaciones Caracas-Washington aún son tentativas luego de cinco meses de esfuerzos diplomáticos de bajo perfil, mientras ratificó que todavía andan "sin un acercamiento real tras una década de hostilidades".
El diplomático venezolano indicó que el objetivo es encontrar un punto de equilibrio en los nexos entre ambos países. "Vamos a seguir teniendo nuestras diferencias", señaló.
Para Arvelaiz lo importante es que no haya "interferencias" en los asuntos internos de cada país. Al respecto, afirmó que la "preocupación" del Pentágono por los opositores encarcelados demuestra "falta de conocimiento sobre la realidad en Venezuela".
Eso se produjo mientras el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, expresó el miércoles el interés de su país para establecer una relación "normal" con el Gobierno venezolano, en un esfuerzo por cumplir con las necesidades del pueblo cubano.
Kerry, previamente, había manifestado su esperanza de que el restablecimiento de lazos Cuba-EE.UU. se convierta en un modelo para la República Bolivariana.
Asimismo, el 1 de julio, el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, Bob Corker, abordó en Venezuela la normalización de relaciones con este país sudamericano.
Las ya rotas relaciones bilaterales entre EE.UU. y Venezuela se vieron más vulneradas después de que el pasado 9 de marzo, el presidente estadounidense, Barack Obama decretara una serie de restricciones consulares a funcionarios de Caracas en nombre de una presunta situación de “emergencia nacional” por la supuesta “amenaza” que Venezuela era para “la seguridad nacional y la política exterior” de Washington.
Esta medida fue respondida con la enérgica condenada de diversos gobiernos y organizaciones y el amplio respaldo a la República Bolivariana, que obligaron al mandatario estadounidense a retractarse en su postura sobre Venezuela.
bhr/ncl/nal