El Centro de Contrainteligencia Nacional y de Seguridad (NCSC, en inglés) de EE.UU. admitió en un informe que "Pekín está centrado en tecnologías que serán cruciales para su futuro económico y militar" con el fin de ponerse a la cabeza en varias tecnologías emergentes hacia 2030.
Según el informe, Pekín lo hace a través de inversiones en ciencia y tecnología, empresas mixtas, colaboraciones académicas y científicas, y programas de reclutamiento de talentos, entre otros.
De hecho, el NCSC demostró su preocupación sobre el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA), y de otras tecnologías chinas describiendo China como “un competidor estratégico principal de Washington” por tener “una estrategia bien dotada y global para adquirir y emplear tecnología para progresar en sus objetivos nacionales".
En este sentido, el NCSC confesó que Washington está priorizando sus esfuerzos en los sectores como “la inteligencia artificial (AI), la bioeconomía, los sistemas autónomos, los semiconductores y el cuántico” donde los riesgos son “potencialmente mayores” para garantizar la seguridad económica y nacional del país.
“Estos sectores producen tecnologías que pueden determinar si EE.UU. permanece siendo la superpotencia mundial o si es eclipsado por sus competidores estratégicos en los próximos años”, explicó el centro estadounidense.
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