Las multitudinarias protestas por todo EE.UU. con el lema “no puedo respirar”, en alusión a las últimas palabras del afrodescendiente George Floyd antes de morir asfixiado por un policía blanco, siguen adelante en casi todas las ciudades y estados estadounidenses, pese a la represión policial.
EE.UU. rara vez tiene protestas en esta combinación de tamaño, intensidad y frecuencia; de hecho, estas son las peores desde 1968, cuando asesinaron al activista de los derechos civiles Martin Luther King.
Una activista afroamericana ha hecho notar que con estas movilizaciones callejeras “todos podemos hacerle saber” a Trump, “mientras ocupa nuestra Casa Blanca, que nosotros la hemos construido. Nosotros hemos construido este país”.
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