“Nuestra estrategia [hacia Venezuela] puede cambiar con el tiempo, pero la misión y nuestro objetivo en relación a Venezuela no van a cambiar nunca”, ha dicho este martes el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo.
El funcionario estadounidense, en una rueda de prensa conjunta con el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, en la capital de ese país, San José, ha explicado que Washington pretende continuar su estrategia con Venezuela para derrocar al Gobierno legítimo del presidente del país bolivariano, Nicolás Maduro.
“Lo que yo escucho es que la estrategia está funcionando [...], hemos impuesto duras sanciones, así que continuaremos haciéndolo” y esas sanciones, explica Pompeo, tienen como objetivo posibilitar una transición en Venezuela que incluya “elecciones presidenciales libres y justas”.
En otra parte de sus declaraciones, Pompeo ha alabado la postura de Costa Rica, “un líder en posicionarse contra el régimen de Maduro” y uno de los primeros en reconocer al líder opositor venezolano Juan Guaidó como “presidente interino” del país bolivariano.
Las declaraciones de Pompeo se producen poco después de que el Departamento del Tesoro estadounidense agregara 15 aviones venezolanos a su lista de sanciones, aviones que, según aduce Washington, se han utilizado para transportar a miembros de alto rango del Gobierno de Venezuela. También alega que varias de esas aeronaves han sido operadas de manera insegura y poco profesional en la proximidad de aeronaves militares estadounidenses, cuando se encontraban en el espacio aéreo internacional.
Venezuela sufre en los últimos años una aguda crisis económica como resultado del interminable hostigamiento de EE.UU., país que se vale de las sanciones económicas para dificultar la vida al pueblo venezolano.
Además, desde enero de 2019, cuando el Gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, reconoció al golpista Guaidó como presidente interino de Venezuela, Washington ha endurecido su campaña de presión económica e incluso ha llegado a amenazar a la nación sudamericana con una intervención militar.
El Gobierno de Caracas tacha de terrorismo económico las sanciones estadounidenses, asegurando que luchará con toda su fuerza y con el apoyo de sus aliados para neutralizar los complots golpistas de EE.UU.
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