Las nuevas sanciones afectarán a la industria naval, el sector de las finanzas y el de la energía de Irán, y son la segunda serie de medidas restrictivas reimpuestas por EE.UU. desde que el presidente de EE.UU., Donald Trump, sacara unilateralmente a su país del acuerdo nuclear.
La medida ha sido anunciada por el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, y el secretario estadounidense del Departamento del Tesoro de EE.UU., Steven Mnuchin, en una conferencia telefónica con periodistas realizada hoy viernes.
El Gobierno estadounidense tiene planeado añadir a 700 personas y empresas iraníes a su “lista negra”, entre ellos algunos bancos y organizaciones del país persa, ha dicho el secretario del Tesoro estadounidense.
Washington, ha proseguido Mnuchin, quiere además restringir el acceso de Irán al sistema internacional SWIFT (acrónimo inglés de Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales), la red mundial que facilita las transferencias monetarias y las comunicaciones seguras entre los bancos.
Por su parte, el secretario de Estado norteamericano ha aseverado que Washington suspenderá de manera temporal el efecto de los embargos para ocho países que compran petróleo a Teherán, pero no ha dado más detalles al respecto.
Desoyendo al mundo, Washington salió en mayo pasado del pacto sobre el programa de energía nuclear iraní, el Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés), y reimpuso una primera ronda de sanciones a la República Islámica.
Debido a esta situación, Teherán ha exigido garantías a Europa para salvar el pacto, por lo que el resto de los países implicados en el acuerdo nuclear están trabajando en un mecanismo que tiene como fin mantener las interacciones bancarias con Irán y asegurar que las ventas de crudo persa continúen.
El miércoles, la portavoz de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Maja Kocijancic, señaló que el bloque comunitario está trabajando en la elaboración del mecanismo para eludir las sanciones de EE.UU. a Irán anunciado a mediados de septiembre.
Mientras tanto, la República Islámica de Irán asegura que frustrará las sanciones de EE.UU. y venderá su petróleo, y constata que muchos países han ratificado su disposición a hacer negocios con Irán, pese a los embargos estadounidenses.
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