El presidente del Consejo de Relaciones Exteriores de EE.UU., Richard Haass, urgió el domingo a la Administración del presidente Donald Trump a aprovechar el caso del asesinato del periodista disidente saudí Jamal Khashoggi para presionar a Arabia Saudí.
“Hay que poner fin a la época de (dar) un cheque en blanco estadounidense, ya que MBS (en referencia a Muhamad bin Salman al Saud) se ha mostrado demasiado imprudente para merecer ese apoyo”, escribió Hass en su cuenta en Twitter.
El también conocido analista estadounidense habló, además, de dos asuntos que deben ser prioritarios para Washington en su política con Riad: por una parte, Estados Unidos debe “limitar los datos de inteligencia y los apoyos armamentísticos” que ofrece al régimen saudí en Yemen para acabar con la guerra y, por otro, “desalentar” a los saudíes de todo conflicto con Irán.
Hay que poner fin a la época de (dar) un cheque en blanco estadounidense, ya que MBS (en referencia a Muhamad bin Salman) se ha mostrado demasiado imprudente para merecer ese apoyo”, insiste Richard Haass, presidente del Consejo de Relaciones Exteriores de Estados Unidos.
El diario estadounidense The Washington Post, con el que colaboraba el columnista saudí asesinato, cuestionó en su edición del domingo la postura de Trump hacia las autoridades del país árabe, dada la responsabilidad irrefutable de Bin Salman en el asesinato de Khashoggi en el consulado saudí en la ciudad de Estambul (Turquía).
Aludiendo a la advertencia de los asesores del inquilino de la Casa Blanca sobre las consecuencias de dar al régimen saudí una “bárbara impunidad extrajudicial”, el rotativo aduce que “Trump ha optado por preservar su relación personal con los líderes saudíes, porque a largo plazo supone dividendos para Estados Unidos en forma de venta de armas”.
Arabia Saudí, que admitió el asesinato de Khashoggi dos semanas después de los hechos, informó de que su muerte fue un “error” y que Bin Salman no estaba al tanto de nada, ya que los asesinos del periodista esquivaron a las autoridades.
Trump aceptó la versión saudí sobre la muerte de Khashoggi, que, según confirma The Washington Post, se ha convertido en una de las crisis de política exterior más importantes de la Presidencia de Trump.
El anuncio de la muerte del periodista y las detenciones que se han producido en el reino árabe solo buscan eximir de toda culpa al príncipe heredero saudí; responsable, a su vez, de la inhumana guerra contra Yemen y del inopinado “secuestro” del premier libanés, Saad Hariri.
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